sábado, 8 de febrero de 2014

RIEVAULX ABBEY near to HELMSLEY, in YORKSHIRE

No sé como no he escrito antes sobre las abadías inglesas, bueno, sobre sus ruinas, con lo que me gustan las piedras.
 
Todo el mundo sabe que cuando Enrique VIII solicitó el divorcio de su mujer Catalina de Aragón, al Papa de Roma, éste, presionado por el emperador Carlos V, sobrino de Katty, dijo que nones.

Henry, o sea, Kike para los amigos, agarró un cabreo fenomenal y dijo que con Papa o sin Papa que se divorciaba de Katty y que se metía en la cama con Anne, la Bolena.

Y se montó el follón. Disolvió los monasterios y órdenes religiosas que no quisieron reconocerle como nueva cabeza de la iglesia de Inglaterra. Escocia por esas fechas iba por libre y tenía su propio rey.  (Para más detalles ver Los Tudor).
 
A lo que iba, Enrique disuelve las órdenes monásticas y confisca sus bienes entre 1536 y 1540.
 
RIEVAULX fue fundada en 1132 por el abad William y  doce monjes que vinieron del monasterio cisterciense francés de Clairvaux. Como eran pobres se dirigen al señor del lugar, Lord Helmsley para solicitarle unas tierras donde fundar una capilla y un monasterio según las nuevas reglas dictadas por Bernardo de Claraval.
 
Y el Lord, que debía ser muy piadoso o interesado pues ya se sabe (si pecas y en el siglo XII  se pecaba mucho) la mejor forma de entrar en el reino de los cielos es comprar un enchufe. Dar unas tierras y dotarlas con recursos es lo más indicado.
 
Al principio la iglesia y las dependencias fueron construidas en madera. Con el abad Aelred -1167- la abadía se desarrolló rápidamente, construyéndose en piedra  y a mediados del siglo XIII con el abad Roger II se termina convirtiéndose en uno de los centros religiosos más importante de Inglaterra. 
 
Las abadías se sitúan cerca de ríos y materias primas como madera, arcilla o minerales, para su sustento con herrerías, molinos, y hornos que atendían hermanos legos y siervos. Los monjes se dedicaban a la oración.
 
En enero de 1538 fue disuelta y confiscados sus bienes por la corona.  En diciembre de ese año fue vendida al duque de Rutland.  Existe una  descripción del mayordomo del duque en el que se detalla escrupulosamente  el despojo y la demolición de la abadía entre 1538 y 1539.  Muchos de los edificios de la vecina Helmsley están construidos con sillares de estas ruinas.
 
Los molinos y herrerías de la abadía estuvieron funcionando para el duque hasta el siglo XVII.
 
Ahora depende del British Heritage. Que lo cuida maravillosamente.
 
Para más información, ver:
 
 
Y ahora unas fotos:
 
 
Plano de la abadía y sus instalaciones
 
 
Alzado actual de la abadía
 
 
Reconstrucción ideal de la abadía
 
 
 
 
En primer plano la cabecera de la iglesia y el capítulo -ábside circular. A la izquierda las 3 ventanas del refectorio.
 
 
 
                            De la iglesia solo quedan la cabecera y el crucero
 
 
El plano, la reconstrucción y las fotos aéreas no son mías, las he tomado prestadas de internet.  Si el propietario de alguna considera que debo retirarla por favor que me lo indique.
 
Pero estas si son mías:
 
 
En medio de la campiña
 
 
Sheep in the abbey
 
 
Cabecera de la iglesia
 
 
En primer plano restos de la enfermería y de los aposentos del abad
 
 
 
El refectorio  desde la cocina
 
 
El crucero y el presbiterio
 
 
 
El presbiterio y el crucero (lo que queda) desde la nave central
 
 
A la izquierda la sala capitular
 
 
Ojivas
 
 
Más ojivas
 
 
Dormitorio de los monjes
 
 
 La sala capitular a la izquierda de la iglesia
 
 
Lo que queda del claustro
 
 
El refectorio o comedor de los monjes
 
 
 
 
 
 
Otras vistas del refectorio
 
 
 
 
 Vista de los restos de la iglesia desde el claustro
 
 
 
 
 
A la izquierda el refectorio,  al fondo la iglesia
 
 
 A la derecha  ruinas de la enfermería y dependencias de los novicios
 
 
 
 
 En primer plano enfermería y dependencias de los novicios. El refectorio a la izquierda
 
 
 
Impresionantes restos
 
 
Vista desde el crucero. El presbiterio y al fondo el altar mayor.
 
Por último, se dice, que a veces se oye sonar la campana de la inexistente torre y que a veces se ve la figura de un monje que se pasea entre la niebla, llenándole a uno de tristeza.
 
No se si será verdad pero  haber estado paseando por Rievaulx Abbey e imaginando como fue en tiempos pasados,  me supuso   unos  momentos de tranquilidad y calma que disfruté mucho y en ningún momento me sentí triste y mucho menos vi a ningún monje fantasma. Pero como dicen en Galicia, haberlos haylos o eso dicen.
 
See you soon.
 
 

viernes, 7 de febrero de 2014

EN BRAGA



Fuimos a pasar el día a
 
 
Braga es la antigua Brácara Augusta de los romanos. Es la tercera ciudad en importancia de Portugal después de Lisboa y Oporto.
 
Romanos, suevos, visigodos, musulmanes y cristianos han dejado su huella en esta ciudad.
 
Se encuentra relativamente cerca de Oporto, apenas una hora en tren y así es como nos desplazamos desde la ciudad del Duero.
 
Braga es una ciudad acogedora, con numerosos monumentos barrocos que hacen que pasar un día por sus calles sea una delicia.
 
Tiene más de 30 iglesias y monasterios lo que hace imposible verlas todas en un solo día.
 
Pasear por sus calles y visitar al azar cualquiera de sus monumentos es un placer. Sin embargo hay dos monumentos que no hay que dejar pasar: La catedral y el monasterio (en las afueras) del Bom Jesús do Monte.
 
La catedral se construye en el siglo XII sobre una construcción románica anterior. Con el paso del tiempo se fue ampliando y en el siglo XVI se remodela en estilo manuelino.
 
Está dedicada a Santa María
 
Tiene tres naves principales con seis tramos y cubierta de madera. La fachada tiene 2 torres que no alteran la horizontalidad de la fábrica. En el interior, el barroco explota especialmente en el órgano del siglo XVIII. En realidad son dos órganos .
 
En el altar mayor destaca la imagen de la Virgen del siglo XIV.  La capilla del infante don Alfonso Joao merece la pena, es del siglo XV.
 

 
 
Fuera del recinto de la iglesia, se encuentran las Capelas dos Reis y da Gloria.
 
La primera es una capilla de estilo gótico construida en conmemoración de la victoria de la batalla de Aljubarrota. En su interior, las tumbas del conde Henrique de Borgonha y su mujer Dona Teresa así como la del Arzobispo Lourenço Vicente Coutinho.
 




 
 
La segunda, muy hermosa, con su decoración de azulejos y frescos heráldicos. En su interior la tumba del arzobispo Gonçalo Pereira de estilo gótico. 
 

 
 
En el piso superior una colección de arte sacro muy interesante.
 








 
Vista de la bóveda entre los dos órganos
 

 
Vista de la bóveda en el crucero
 

 
Reja de estilo manuelino en el atrio de la catedral



 
Detalle de la fachada occidental de la catedral
 

 

 

 
Capitel románico
 
 
Frescos medievales
 

 
Vista exterior de las Capelas dos Reis y da Gloria

 

 

 
Fachada románica lado sur
 
 
 Saliendo de la catedral, y volviendo a la rua de D. Diego de Sousa, continuamos subiendo y nos encontramos con una hermosa plaza presidida por una magnífica fuente barroca. Es el Largo do Paço
 
 
 
 

 
Este palacio fue la sede la república bracarense extinta en 1790 por la primera reina de Portugal. 
 
 
 Lo que me gusta de Braga, bueno, y del resto de las ciudades de Portugal, son sus fachadas de azulejos. Son hermosas y  sorprendentes, pues no las  he visto en otros países.
 


 
 
 
 
 
 Palacio do Raio de estilo rococó de inspiración franco-alemana, construido en 1753.
 
 
Continuamos por la rua de Souto hasta la plaza de la República, enorme.
 


 
 En lo alto de la ciudad. Se contempla una vista espectacular de la Avenida da Liberdade. 
 
 
 
En la plaza recomiendo sentarse en una de las terrazas a tomar una cerveza y contemplar sin prisas el ir y el venir de la gente. La fuente, que con sus juegos de agua cambia constantemente nos distrae mientras el sol de mediados de junio nos calienta el rostro.
 
 
 Vista de la basílica dos Congregados desde la terraza en la plaza 
 
 
 
Otra vista de la plaza con  la torre de San Antonio y la del Homenaje al fondo
 
A nuestras espaldas otra iglesia, pero esta vez (y me sorprendió) es ortodoxa griega.
 
 
 
 


 Fachada de la iglesia ortodoxa griega
 
En la esquina de la plaza con la avenida, hay una oficina de turismo donde os pueden facilitar toda la información que necesitéis.
 
 
Después de reponer fuerzas y descansar un poco, nos dirigimos a ver la espectacular basílica dos Congregados.
 

 
Enorme y espectacular
 
 
En Portugal se come muy pronto, sobre la una o una y media. Así que paseando buscábamos un sitio para comer.  Nos llamó la atención la iglesia de os Terceiros  justo enfrente de la torre del homenaje, único resto de la ciudad medieval.
 
 


 
 
 
 
 
 
Varias vistas de esta iglesia
 
Nos acercamos a contemplar la torre que ahora se ha convertido en sala de exposiciones y que estaba cerrada;  detrás descubrimos  un restaurante con una terracita desde donde pudimos disfrutar de la vista de este monumento medieval. Restaurante SILVAS. El menú del día muy aceptable y el trato de los camareros y del dueño excelente. Lo recomiendo.
 
 
Justo detrás puede verse la banderola del restaurante.
 
 
Marca de los canteros
 
 
   Explicación de la torre. Está en portugués pero se entiende perfectamente.
 
Y nos comentaron que no podíamos irnos sin ver el Mosteiro del Bon Jesús. Asi que paseando por las calles de esta hermosa ciudad, nos dirigimos a tomar el autobús N2 que por un módico precio (es un autobús urbano) te deja a los pies de la escalinata barroca de esta maravilla.
 

Palacio arzobispal dos Braganças
 
 
 Detalle barroco del palacio arzobispal
 
 
 Escudo del arzobispo Bragança
 
 
Detalle del palacio
 

Ayuntamiento

 
Una plaza recoleta con el Ayuntamiento

 
Cerámica en un escaparate
 
Iglesia del hospital de San Marcos 
 


Detalle de la fachada
 
Igreja de Santa Cruz
 
 
Interior de la iglesia, vista del coro
 

Esperando la fiesta de San Joao
 
 
Hay que reciclar, unos bombines sirven de maceteros
 
 


Otro palacio venido a menos


Iglesia del convento do Pópulo 

La maravillosa casa gótico-manuelina junto a San Betinho.
 

 
Detalle del balcón esquinado
 
 
San Bentinho
 
 
 
Detalle de la reja del atrio de San Bentinho
 
 
 
Nos encontramos en la plaza de San Pablo que como indican los folletos es un oratorio (el de Nossa Senhora da Torre) que inspira una inmensa iglesia al aire libre. Se levantó en agradecimiento a la Virgen por haber salvado a la ciudad de la devastación del terremoto de Lisboa en 1755.
 
Y ahora sí. Nos dirigimos a coger el autobús para ver la otra maravilla que no hay que perderse.
 
 El monasterio del Bom Jesús se encuentra en las afueras de Braga como a unos 3 o 4 kms en la ladera de un frondoso monte. Se puede ir en autobús urbano y te deja a los pies de una escalinata barroca que asombra.
 
 
 
 Afortunadamente desde 1882 hay un tren cremallera que te lleva hasta arriba y que fue el primero que funcionó en la península ibérica.
 
El sentido de tanta escalera es el de purificación y penitencia.  Hay que subir los escalones con sacrificio. En cada rellano  hay una fuente (idea de purificación) e imágenes de santos y de la pasión de Cristo.
 
Cuando se llega al final, la fachada neoclásica con reminiscencias barrocas  acoge al peregrino y una vez en el interior, el retablo del altar mayor es una escena del Gólgota con figuras a tamaño natural representando la crucifixión de Cristo.
 
Se empezó a construir en 1722. Fue el arzobispo Moura Telles quien lo ordenó. La primera fila de escaleras con capillas dedicadas al Via Crucis con imágenes de terracota. El siguiente tramo está dedicado a los 5 sentidos. La iglesia que vemos ahora se construyó donde se encontraba la del arzobispo Moura en 1784 por el arzobispo Bragança.
 
Los alrededores fueron expropiados en el siglo XIX y se construyeron un hotel y un parque que es una delicia pasear por el. Hay una terraza donde es casi imposible encontrar sitio para tomar un café o una cerveza pero que merece la pena por las vistas que tiene.

 

 



 
Interior de la iglesia

 
Detalle del calvario en el altar mayor

 










 
Diversas vistas del monasterio
 
 
Quedaba mucho más por ver, pero como teníamos que volver a Oporto que es donde nos alojábamos nos despedimos de esta hermosa ciudad.
 
Si podéis no dejéis de visitarla. Os encantará.