martes, 20 de agosto de 2013

CINCO DIAS EN GALICIA - SEGUNDO DÍA




SEGUNDO DÍA

Nos levantamos pronto y desayunamos  en una taberna de pescadores, pan tostado con aceite y un tazón de buen café.

No paramos en Vigo y nos dirigimos directamente a Pontevedra, atravesando la ría por el puente de Rande.

Una vez allí  dejamos el coche cerca de Plaza de España y para un Frikipiedras como yo  el encontrarme con las ruinas del convento de Santo Domingo  fue una gran alegría. Construido en el siglo XIII  con la desamortización pasó a ser asilo, colegio y un montón de usos más hasta que a finales del siglo XIX se procedió a su demolición por estar en estado ruinoso.

Así se encontraba en 1850 y 1895


 
y así ahora
 

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Desde allí hicimos lo que siempre hay que hacer cuando llegas a una ciudad..... Buscar la oficina de Turismo.
 
En la Av. de Santa María a medio camino de la Basílica del mismo nombre.  Allí, de forma muy amable, nos aconsejaron que ver en un día y nos recomendaron parar en Combarro.
 
Real Colegiata de Santa María la Mayor.  Maravillosa construcción iniciada en estilo gótico tardío y continuada en estilo plateresco como se puede ver en su fachada. (Se dice plateresco porque semeja la artesanía de los plateros).
 
En esta fachada es curioso ver una imagen de San Jerónimo  con anteojos. El interior es magnífico y podría haber sido catedral, pero Pontevedra, no tiene.
 
 
 
 
Santa Maria la Mayor
 
 
Pero aconsejo pasear y perderse, sin rumbo, por las callejas, descubriendo rincones maravillosos, y disfrutar de los palacios y las iglesias  que se amontonan.












Praza da Leña



Praza da Leña



Praza da Leña






 
 Sentarse en una terraza a tomar el aperitivo, disfrutando del entorno es un placer que  no debéis perderos, recomiendo la plaza de la Leña, que es una muy bonita. Un buen albariño con una buena ración de cualquiera de las delicias gastronómicas de esta ciudad  es lo mejor  para el cuerpo, que también necesita lo suyo.
 





 
Aquí es típico hacerse una foto con D. Ramón Maria del Valle Inclán
 




 
 
Siguiendo nuestro caminar nos encontramos  en la plaza de la Estrella con el convento de San Francisco del siglo XIV y XV
 
 
 Iglesia de San Francisco
 
 
Y muy cerca de allí se encuentra la iglesia de la Virgen Peregrina del siglo XVIII y que tiene forma de vieira.  Tiene una fachada barroca que se alza  en una verticalidad impresionante.
 
 
 
 
Iglesia de la Peregrina
 
 
 
Nada mas comer seguimos nuestro viaje y paramos en Combarro.
 
Combarro se encuentra a apenas 6 kilómetros de Pontevedra, a mitad de camino se encuentran el monasterio de S. Xoan de  Poio que  merece la pena una parada.
 
Pero  Combarro es el pueblo del hórreo. Lo más típico de este encantador pueblo es  la cantidad de estas construcciones que hay.
 
 
 
 
 
 
 
 

 
El hórreo según nos comentaron, se empleaba además de secadero del pescado o de la mies, como almacén. Su forma con rendijas para que circule el aire, permite la aireación de los alimentos y al estar construidos sobre pilares, evita la humedad del suelo y también  evitar la entrada de roedores y otros animales en busca del grano o del pescado almacenado.
 
 
 Bajamar en la Ría de Pontevedra desde Combarro
 
Tiendas para los visitantes y bares, hace que el paseo junto a los hórreos sea un placer ya que muestran la artesanía típica  del lugar, (bruxas, meigas, hórreos, planchas de hierro, colgantes, pendientes, etc, te llaman para que entres y compres. Si lo haces, como nos sucedió a nosotros, disfrutarás de la amabilidad de la gente de Combarro y si tienes suerte te ofrecerán un chupito de orujo.
 

 
Paseando por las calles  vemos rincones  muy típicos en los que no falta el cruceiro, sin embargo, tenemos que continuar, no sin antes haber parado para tomar un café frente a la ría y respirar el olor del mar saboreando lo intenso de la cafeína.
 
 
 
(Para gente de secano como nosotros, este es un placer enorme).
 
 
 
La siguiente parada:  SANXENXO.  No pudimos resistir la tentación de bajar a esa enorme playa, desierta en esos momentos, y hacer como cuando se es chico, disfrutar del sonido de las olas, respirar la brisa, y buscar conchas. Hablando de conchas, recomiendo la lectura del libro de Rosamunde Pilcher  "Los buscadores de conchas".
 
 
 

 
 
Recomendación:    Nada de horarios, pasear, sentarse, beber algo, comer cuando a uno le apetezca. Disfrutar  del momento. CARPE DIEM. Olvidarse de las prisas  y saborear la vida. ¿Un poco cursi, no? Pero creo que es una verdad como un templo.
 
Con el sol en la cara y acariciados por la brisa, volvemos al coche por que dormimos en Cambados.  Antes paramos  en la maravillosa playa de La Lanzada
 
 




 
 
 
¡Qué gustazo ver una playa virgen sin hoteles ni chiringuitos! Sólo había unos surferos y el mar. Hermoso.
 
 
Aquí estoy yo y mi sombra que no se separa de mí.
 
 Estuvimos un buen rato pero decidimos no ir  a la isla de la Toja. ¡Tiempo tendremos de ir a un balneario! Así que nos fuimos a Cambados en busca del hotel y a pasear por sus calles. Soltamos las maletas en el hotel San Marcos Salnés, un 3 estrellas junto a la carretera.  Limpio, tranquilo, bien de precio, pero un poco retirado del centro.  Solo alojamiento, como en el resto.
 
 
 
 

Fuimos directamenta a Cambados que es el resultado de la unión de 3 poblaciones, a saber: Santa Mariña, en el interior, Santo Tomé, pueblo de pescadores y Fefiñanes, la zona noble donde están todos los pazos o palacios.
 
 
Lo más interesante de Santa Mariña, son las ruinas de su iglesia  que se encuentra en medio del cementerio, o éste dentro de la iglesia, según se mire.




 
 
 
Fue mandada construir hacia el 1500 (gotico tardío) por la infanta doña Juana de Hungría y doña María de Ulloa. Tenía una cubierta de madera a dos vertientes. En el siglo XIX se abandona y causa ruina. Es Monumento histórico nacional.
 
 
Por Cambados pasaron los fenicios, romanos, visigodos, árabes, cristianos, ingleses, franceses y aún así es una población bien bonita.
 
 

En la zona de Santo Tomé lo más destacado son las ruinas de la torre fortaleza de San Saturniño, puesta en pie para defender estas tierras de la reiterada presencia de piratas normandos y ubicada en un pequeño islote conocido como de la Higuera.

 

En la parte superior de la torre se encendían hogueras en caso de invasión, y de esta forma las gentes de la ría de Arosa podían ponerse a salvo de los piratas, y a su vez reemitir la señal hasta avisar a Santiago de Compostela.

Edificada, destruida, reedificada... a partir del XVIII entró ya en un continuado declive.


 
 
 
 


También el palacio de Montesacro, siglo XIII al XVIII hoy convertido en residencia de ancianos, con una portada sencilla en la que destaca el escudo nobiliario.

 

 

 
 
 
 

 
 La villa de Fefiñanes, constaba de casas distribuidas en seis calles con una amplia plaza donde se halla la iglesia de San Benito, en su inicio, románica, pero modificada en los siglos XVI, XVII y XVIII y que se encuentra enfrente del palacio-pazo de Fefiñans construido en el siglo XVII por Jose Pardo Figueroa, embajador en la corte de los zares.  Hace 200 años el  mar llegaba hasta sus puertas.


 




Conviene sentarse en la terraza que hay en esta hermosa plaza, para saborear un buen Albariño ( es la capital de esta denominación) mientras gozamos de esta vista.
 
En Fefiñanes  podemos ver otros dos pazos: el de Ulloa (siglo XVI y el pazo de Bazán construido por el párroco de la villa y hoy parador de turismo.
 
Cerca del pazo de Bazán, se encuentra la casa del zapatero, edificio sin gran interés pero casi cubierto de hiedra y que le confiere un aspecto melancólico.
 
 
 
 
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Como llegamos con tiempo para ver la "muy leal y noble villa" de Cambados, aprovechamos y nos fuimos  frente a la torre de San Saturniño a ver atardecer.  Fue una experiencia relajante y maravillosa. Si podéis alguna vez, no dejéis de hacerlo.  Ver como se pone el sol frente al mar es una sensación extraordinaria y que ayuda a cargar pilas.

 

 

Ya de noche, según nos indicó Rubén, en la agencia de Turismo, que está junto al parador, nos fuimos a la zona de Fefiñanes para tomar unas tapas con unos vinos, ¡albariño, of course! Esa zona está llena de bares y restaurantes.  Y después de reponer fuerzas nos fuimos al hotel a descansar.

La próxima etapa acabaríamos en Santiago, pero eso sucede en la tercera etapa.

 
Nota:   Apreciado lector: Si te ha gustado, te agradecería hicieras un comentario. Si no, también te lo agradecería para saber qué puedo mejorar. Gracias de todas formas.  Frikipiedras 
 



7 comentarios:

  1. El vino de Fefiñanes es menos conocido pero fue el primer albariño. Aún se puede degustar en una botella alta y estrecha. Cuánto sabor tiene esta entrada! Sabe a Galicia. Me ha gustado mucho leerlo y mirar las fotos.
    Echo de menos un mapa de apoyo para no perderse.
    Un abrazo.

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  2. Quedan el tercer dia camino a Fisterra durmiendo en Santiago y luego en acabando en La Coruña. Tengo que terminar este recorrido como si fuera otro Camino de Santiago. Aunque estoy preparando otro PEDAZO DEL CAMINO DE SANTIAGO por tierras palentinas.

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  3. Me ha gustado mucho :)

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  4. Como soy de la zona, puedo opinar sobre lo que muestras. Me ha gustado, especialmente porque ni te has excedido ni te has quedado muy corto. Acostumbro a ver blogs de viajes, en donde da la impresión de que muchos de ellos son hechos desde la casa o sin enterarse mucho de lo que ven y muestran, a menudo inventándose cosas. En tú caso, todo lo que has podido o querido mostrar está muy bien. Gracias.

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  5. Te puedo asegurar SEC que yo si he estado en estos sitios y los he disfrutado, especialmente el atardecer en Cambados. La gente, el paisaje junto con la gastronomía y el albariño nos deleitaron en este viaje. Gracias por tu comentario.

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  6. Me gusta mucho Galicia y me gusta lo que escribes de ella. Un saludo.

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  7. Pontevedra preciosa ciudad!! Nos ha maravillado en nuestro viaje a Galicia!

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